Agrupar las visiones y ideas de todo el equipo y convertirlas en cambios positivos y duraderos.
Implicar a las personas para una gestión del cambio positiva.
Preparar a los colaboradores para afrontar un cambio de cultura en la organización.
Reforzar la colaboración y la confianza en el equipo poniendo a prueba las habilidades de alto rendimiento a través de retos culinarios.