El último año ha acelerado procesos y ha transformado el trabajo como lo conocíamos. También ha sacado a la luz una realidad que ya existía y se ha agravado: la necesidad de integrar el bienestar emocional en la cultura de empresa post-covid.
Hemos hablado mucho de los cambios y aspectos más físicos. Ahora, ¡fuera tabúes! Es el momento de hablar abiertamente del impacto emocional de la pandemia y del propio ritmo de trabajo.
La pandemia ha acelerado cambios que ya intuíamos. Organizaciones y empleados los están adoptando y, en muchos casos, con éxito. Por ejemplo, se valoran las ventajas del trabajo en remoto. Tanto, que la mayoría de profesionales preferirían ir a la oficina un máximo de dos días por semana.
Según un nuevo estudio de McKinsey & Company, hasta un 25% de los empleados se plantearían cambiar de trabajo si les obligaran a recuperar el trabajo presencial. En el mismo informe, aparece una prioridad nueva que sobresale entre las demás: el cuidado de la salud mental.
De esta manera, flexibilidad, conciliación y bienestar emocional se han convertido en las tres cualidades elementales que se busca en las organizaciones en la actualidad. ¿Por qué y cómo ha ocurrido este cambio de valores?
La pandemia nos ha puesto a todos bajo una gran presión; física, sí, pero también mental. Los informes son claros: 1 de cada 5 adultos asegura haber sufrido depresión en algún grado y hasta un 84% dice haber sentido estrés o ansiedad durante la primavera de 2020.
El trabajo en remoto, el aislamiento, la soledad y sentir que no se llega a todo nos ha hecho valorar más que nunca el cuidado de la salud mental y el bienestar emocional. Se necesita apoyo, redes de seguridad, pero también las herramientas para autogestionarlos.
La salud mental es una prioridad top a nivel global: lo apuntan desde universidades hasta organismos de referencia como el Foro Económico Mundial o la Fundación Rockefeller. ¡Y muchas organizaciones ya han reaccionado o se están preparando!
Uno de los primeros pasos que deben darse es hablar con libertad de esta realidad: estudios especializados aún indican que 1 de cada 5 empleados sentía que no podía explicar a sus managers que tenía estrés. La mitad de las personas diagnosticadas con problemas de salud mental directamente no lo cuentan.
Por ello, hay que generar una cultura de empresa en la que pueda hablarse con libertad de bienestar emocional y proporcionarse el apoyo necesario. En este sentido, el liderazgo gana también en importancia: tiene que ser inclusivo, acompañar a sus equipos y abrazar la vulnerabilidad como una fortaleza.
Como individuos, tenemos que adoptar herramientas que nos ayuden a lidiar con las emociones, pero también con el trabajo: la autogestión, el rendimiento eficiente o el manejo de la presión son cada vez más importantes para garantizar el bienestar.
Cada vez hay más pasos en esta dirección, con iniciativas desde las organizaciones dirigidas a la concienciación, pero también a la formación y a la incorporación de personal especializado. Solo en Reino Unido, las últimas estimaciones indican que un 35% de los departamentos de RRHH han elevado su presupuesto para bienestar y otro 35% dice que lo harán pronto.
A pesar de todo, el cuidado del bienestar emocional no puede quedar en iniciativas de RRHH desligadas de la organización: debe ser un valor clave, integrado en cada departamento y cruzar los equipos de manera transversal.
Además, debemos comprender que cada persona del equipo tiene que remar a favor de este bienestar, con responsabilidades compartidas. Por supuesto, las organizaciones que no lo hayan hecho tienen que adaptarse, pero los y las profesionales debemos tener más preparación que antes.
Algunas ideas de iniciativas y comportamientos hacia el bienestar emocional en las organizaciones post-covid:
Como decíamos antes, todas las iniciativas deben de estar alineadas: los esfuerzos deben realizarse para implementar una cultura de empresa en la que el bienestar emocional esté en el centro.
Desde Ready for People, queremos aportar nuestro granito de arena en esta transformación: a través de experiencias diseñadas para el desarrollo del liderazgo, la autogestión y la productividad personal, entre otras skills. Puedes verlas siguiendo el enlace, ¡pero recuerda que es solo una parte de este gran cambio! ¿El primer paso? ¡Fuera tabúes!
*Los datos que aparecen en este post, proceden de las siguientes fuentes: