Liderar nunca ha sido fácil, pero hacerlo en tiempos de incertidumbre constante, cambios acelerados y escenarios ambiguos puede convertirse en una verdadera prueba de fuego. Hoy más que nunca, los líderes se enfrentan al desafío de sostener equipos, tomar decisiones y generar claridad en contextos donde ni siquiera ellos tienen certezas. Y eso también es parte del liderazgo.
Porque liderar a veces también es caminar junto a otros en la niebla.
Durante años hemos asociado liderazgo con tener respuestas, soluciones y una visión firme del futuro. Pero ese modelo ya no sirve. Cuando el entorno cambia más rápido que los planes estratégicos, lo que necesitamos no es un GPS perfecto, sino una buena linterna, capacidad de adaptación y la habilidad de avanzar un paso cada vez.
No tener todas las respuestas no es un signo de debilidad, es una oportunidad para cultivar otras habilidades: la escucha, la humildad, la gestión emocional, la presencia y la co-creación.
En entornos difusos, liderar va más allá de controlar cada variable, también de crear las condiciones para que el equipo pueda avanzar. Y eso se hace desde la presencia: estar disponibles, conectar con lo que pasa aquí y ahora, y sostener emocionalmente el espacio cuando el contexto se tambalea.
Los equipos no necesitan jefes con todas las respuestas. Necesitan líderes que sepan estar. Que puedan decir «no lo sé, pero estoy aquí contigo». Que inspiren confianza no por lo que prometen, sino por cómo acompañan.
✅ Escucha radical: cuando hay más dudas que certezas, lo más potente que puedes ofrecer es una escucha genuina. Que cada persona sepa que su voz importa.
✅ Nombrar lo que pasa: poner palabras a la incertidumbre. Validar lo que se siente es el primer paso para poder avanzar.
✅ Mostrar vulnerabilidad con criterio: compartir que no tienes todas las respuestas no te resta autoridad, te humaniza. Eso sí, hazlo sin perder la dirección o el foco.
✅ Cuidar el clima emocional: en tiempos revueltos, las emociones se contagian. Tu regulación emocional es clave para mantener un entorno donde se pueda pensar, crear y colaborar.
✅ Fomentar la co-creación: no saberlo todo abre la puerta a construir con otros. Aprovecha el conocimiento colectivo del equipo para idear soluciones, generar visiones compartidas y avanzar juntos.
Liderar en la niebla es un acto de valentía. Implica aceptar que el control absoluto no existe, que la claridad no siempre llega rápido, y que el camino se construye mientras se camina.
Pero también es una enorme oportunidad para transformar el liderazgo: hacerlo más humano, más cercano y más consciente. Porque, al final, los líderes que marcan la diferencia son los que acompañan bien.
En Ready for People acompañamos a líderes que no necesitan tener todas las respuestas, pero sí la valentía de estar presentes. Porque liderar, a veces, es sostener el espacio para que otros también puedan ver claro.